Demencial y
despreciable como una noche de infernal frío donde mi cuerpo no retoma el
calor, me pierdo entre el duelo de mis más frívolos y veraces pensamientos
acompañados por la lujuria de este obsoleto corazón. Pero siento una presencia
enfermiza aquí en las entrañas de mi interior, un encanto sin igual, una pasión
tan traicionera y banal, un hervor fatal con la sangre que se dirige
de mis venas a mi cabeza y corazón, estoy completamente envenenado o
contaminado, mi cuerpo débil y vencido esta determinado a continuar. Es una
pesadilla latente, una histeria incontrolable, mi éxtasis constante y me
encanta me mata y me vuelve a la vida, al preludio del despertar de aquel firme
sueño de herejía.
Sin dejar de pronunciarlo que también me produce excitación, incertidumbre y llena mi mente de adrenalina. Como aquellas
palabras tan fugazmente corrosivas y malignas que se reproducían y salían de tu
boca, prácticamente huían como presas de alguna metafórica cárcel, la cárcel de
tu mente y corazón que aprehendían tierna e inquietamente rebosantes sentimientos de amor que solo hasta el sol de
hoy han derrocado mis fuerzas, se han posado el letargo y la soledad en el espacio de mi extraña e impura alma.
El deseo flagrante de arrancarte, palpita furiosamente aquí adentro, donde alguna vez marcaste con palabras símbolos de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario