jueves, 1 de noviembre de 2012

Quisiera acusar al mundo



-Recortando esta simple acción de escribir de lleno y por completo aquello que tanto dicta del fondo de mis entrañas, primordialmente y haciendo un mísero énfasis en mi comportamiento, estoy dejando etapas vacías a un lado y es tan ameno todo que desorbito mis ideas en un paralelo adyacente a una inhóspita e inconclusa realidad, mi realidad, poco creyente como tema del destino y carente de un núcleo de sentimientos o cualquier aplicación a la moral-.
Escucho estas voces ajenas dialogando, en un radio de ignorancia mas extenso que la propagación de daño de una bomba atómica de guerra, nefastas acusaciones por parte de estos individuos como jueces, juzgando a sus semejantes, cansados de sus propias vidas, desdichados que se han negado a soñar, a ser partidarios de un intento de mejora a esta sociedad, en la que reinan las malas intenciones, la violencia, la maldad, el abuso de poder, el mal manejo de los recursos del pensamiento, al machismo, y la escases de búsqueda de razón, de lógica de humanismo,  con esa arrogante e inservible personalidad de superioridad.

El hombre es el único “animal racional”, ilógico, que se representa según sus vestiduras, su edad, su estatus social, cuantas situaciones haya vivido, sus patéticos trofeos que le demuestran que ha sido un ganador, y,  ¿que clase de moral es esta? Es un mundo plagado de miserables conductas, de un egoísmo natural, que  a la claridad de la luz, y de los hechos, no estamos haciendo nada más que vanagloriarnos con vagos recursos adquiridos, quien sabe por cuenta propia o por la propia maldad de plagiar derechos de mentes que antes lo han hecho y por la  simple  carencia intelectual distorsionamos los hechos ajustándolo a nuestra capacidad mental, no se si deba incluirme pero hago el énfasis universal, porque la falta de originalidad ,retumba en todos los hemisferios de nuestro mundo y nos convierte en seres insoportables continuando una búsqueda, que al efectuarla nos cansamos en el intento y lo dejamos en la brevedad de lo que intentamos, dejando esto inconcluso tal y como pasa con nuestras acciones en el diario vivir, situación que actualmente nos hace pensar, si estamos viviendo mal, si sufrimos ilógicamente o si  solo estamos viviendo por vivir.
“Quisiera acusar al mundo de mis pensamientos, de mis euforias, de mi cólera”

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