No encuentro el amparo para los días de tan
eterna y desahuciada soledad, olvide mis pinceles, olvide dibujar aquella
sonrisa que me servía de mascara, por última vez, una vez más…
El amor dice no,El amor dice si ,Pero nunca estará totalmente de acuerdo, el
corazón tan simple y galopante allí adentro, arde quema, desgarra y castiga,
castiga a la posibilidad, se ensaña en conjeturas, un preludio constante para
antes de la bendecida pero maldita, esperada pero inesperada decisión.
Oh!! adoro aquellas sensaciones tan corrosivas del frío
,el contacto con mi piel y su cambio de tono pálido, medio enfermizo casi
muerto, quizás así mi piel se pondrá cuando flaquee mi destino y el cielo ya no
tenga estrellas brillantes, ni cálido sol.
¿Que será del aliento en mi corazón?, ¿de esas
intangibles memorias?, ¿permanecerán en su interior o se harán polvo, al igual
que el fuego ira carcomiendo mi blanco y pálido ya sin vida cuerpo que ha
soportado toda una vida mortal? ¿O serán esparcidas por el viento para volver a
soñar y guardar la esperanza en el aire y la libertad del alma que siempre
encarcelada debió de estar?...…Tan flagrante se siente ese deseo de saber y
mas que eso esta sensación de querer reprimir la belleza simple que ante mi se
ha posado, ¿seria egolatría aceptarla?, o será que aquellos insinuantes ojos
ajenos realmente están cínicamente ciegos y sin remedio tal que seguir
enfrascados en una hermosa mentira, en un dulce y encantador engaño. Dicen que
no parte de una belleza convencional, sino natural y con un tanto de
originalidad, como el aroma que de cada ser se desprende, me llena de un ánimo oscuro pero con una pequeña y fogosa luz inquieta abatida en su prisión,
encarnada en las entrañas quizás del alma o simplemente es aquello imaginario e
inexpresivo que constantemente me abraza y por ende niego toda similitud con lo
bello en mi exterior.Oh!!
Adoro aquellas sensaciones tan corrosivas del frío…
Aquel sepulcral silencio intenso infestado de
un frenesí fatal, en donde se arrastra corpóreo e impulsivo con pasos mediocres
y lamentos, este corazón centinela que consigna cautelosamente cada instante
donde se expande la emisión de sentimientos y miedos, ruge con gutural voz
enardecido de dolor, siempre ha estado así loco, eufórico, irracional en su
interior, pero fiel ciego y ferviente amante.
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